Las leyendas que se tejen alrededor de este lugar lo han transformado en algo mítico. No por nada, dicen, era una de las fortalezas más preciadas del incario, ya que en ésta se guardaban objetos de oro. Los lugareños advierten que los visitantes no deben oír el repicar de una milenaria campana escondida entre las gigantes piedras, porque pueden convertirse en parte de ese indómito paisaje. Es un sitio “encantado” y “maldito”, al menos así lo describen los relatos antiguos que aún recuerdan al pueblo que osó mirar al astro rey para luego quedar petrificado. Desde entonces los farallones de Pumiri se han eternizado en la retina de los visitantes.
Está ubicada en las cercanías de la población del Pumiri, en el municipio de Turco, a 140 kilómetros al oeste de la capital. El clima es frío, por ello es recomendable llevar ropa de abrigo.
La ciudad encantada de Pumiri, ubicado en el municipio de Turco. Una ciudadela de de alrededor de 10 hectáreas, donde uno puede apreciar chullpares, túneles rocosos, todo un encanto en las rocas, que uno hace volar al imaginación y apreciar figuras humanas, animales, etc.
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Foto AtlantisBolivia.org |
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